CAPITÀ 1992

ANTONIO VALOR SANTONJA

Hablar de Antonio Valor equivale a hablar de la Filà Muntanyesos porque éste es uno de los festeros que ha pertenecido a la misma más de la mitad de su existencia.
Despues de la  alférecia de Emilio Gisbert, en 1977, se le ofreció a Antonio la posibilidad de ostentar el cargo de capitán del año siguiente desestimando esta opción en ese momento. Sería 14 años más tarde cuando Antonio se encontraría en disposición de encabezar la representación montañesa ejerciendo el cargo de Capitán. Del mismo modo que un año antes, en la alferecia de Paco Palomera, se estudió con detalle toda la ostentación: sus ballets, grupos de acompañamiento, carrozas y música. Antonio se rodeó de un grupo de amigos entre los que se encontraba su hijo Toni al que eligió para caballero lo que junto con la Filà pudieron llevar a cabo otro magnífico episodio en nuestra Fiesta

El boato, diseñado íntegramente por Alejandro Soler, repetía el carácter guerrero que el año anterior tan buenos resultados había dado si bien un tanto suavizado en las figuras de sus favoritas, honor que correspondió a sus hijas -Chus y Ana-. Nuevamente resultó de espléndido impacto la carroza sobre la que desfiló el capitán y el conjunto de todo el boato.
El tercero de los días de la trilogía el encargado de encarnar la figura del capitán fue Toni, su hijo, quien realizó la embajada desde las almenas del castillo.

Finalmente sólo nos queda decir que siempre tendremos en la retina a Antonio realizando el «cabo» en cualquiera de las incontables escuadras de blancos y escuadras especiales que ha realizado, ó como capitán de los cristianos 1992.