El exquisito gusto y la experiencia adquirida con el paso de los años en las labores artesanales del diseño y confección de trajes festeros le supuso, sin duda, un factor favorable a la hora de proponerse desarrollar todo cuanto concernía al Capitán, favorita (su esposa Francisca), Rodellas (sus hijas Raquel y Eva), Caballeros, Damas, grupo de acompañamiento, ballet, carrozas y al resto del boato montañes, siendo apoyado, a petición de la Filà, los hermanos Jorge y José Domingo Sempere los que se encargaron de algunos de los grupos del boato.
La magnitud de la carroza sobre la que desfiló no hizo empequeñecer la poderosa figura del capitán de los cristianos quien intuyó acertadamente la tremenda fuerza que el conjunto del boato podía imprimir.
El capitán rindió un sentido homenaje a su padre haciendo sonar la pieza «El Desitjat», de gran arraigo en el seno muntanyés, a su entrada en la Plaza de España.